Cuando me castigas es porque
ha sucedido algo
algo que no te ha gustado
algo que quieres que aprenda
algo que no deseas que vuelva a ocurrir
incluso, piensas que es bueno para mí…
Pero lo que verdaderamente sucede cuando me castigas, es que me siento solo
me siento incomprendido
siento rencor,
una situación injusta,
siento el abuso de poder sobre mi persona y mi vida
siento que nuestra relación se estropea
siento tu juicio y tu rechazo
me siento lejos de ti
Y lo que aprendo es a dominar a las personas con la fuerza cuando no hacen o se comportan como yo considero o necesito
que estoy equivocado y merezco aislarme y ser tratado de forma desagradable,
así que, en otras ocasiones, me aplicaré esos castigos a mí mismo
o permitiré que otras personas los apliquen sobre mí
porque estoy acostumbrado a que eso es lo que merezco
Cuando un niño hace algo que no te gusta o es peligroso, podemos explicarle nuestras razones y también preguntarle cuáles son las suyas. Todo el mundo se comporta de una forma por un motivo. Podemos ofrecerle alternativas y buscar soluciones junto a él.
De esta forma, el niño comprenderá la necesidad que existe para cambiar esa actitud, se sentirá comprendido y tenido en cuenta y aprenderá a buscar soluciones empáticas que puedan satisfacer a todas las personas u objetos relacionados en ese momento.
Aprenderá a cuidar mientras se cuida y a que es válido que existan diferentes necesidades, sin que ninguna sea incorrecta ni exista conflicto.
Acompañando a nuestros niños, pueden crecer por fuera, mientras crecemos juntos por dentro.
¿Cómo lo ves? ¿Aún sueles castigar? ¿O ya tienes la costumbre de resolverlo así? Te invito a compartir tu experiencia porque compartiendo, todos aprendemos de todos.
Te deseo un feliz feliz fin de semana!!!