Hace unos meses Marcos me comentó que le gustaría tener un acuario en casa. Visitamos una tienda de mascotas y nos informamos sobre los diferentes tipos de peces que hay, las condiciones que necesita cada uno de ellos y el coste económico y de cuidado que conlleva. Con esos datos, nos planificamos para tomar decisiones y llevarlo a cabo. Si, en lugar de preguntar por peces, hubiéramos preguntado por un gato, sabríamos que necesitaría su caja de arena y, si hubiera sido un perrito, entenderíamos la necesidad de sacarle a pasear varias veces al día y de que tenga más o menos ejercicio físico, dependiendo de la edad, el género y la raza.
Pues bien, todo esto no se entiende con los niños. Y lo que solemos recibir es el mensaje de «Es que el niño se tiene que acostumbrar…» ¿Se tiene que acostumbrar a unas condiciones que no queremos ni siquiera para nosotros mismos???
¿Cuántos adultos conoces que se sientan felices con sus vidas? Pero, felices, felices…. no de fachada porque esto es lo que hay y voy a intentar estar lo mejor posible…
Nos guste o no, el ser humano es un mamífero y, como tal, un ser social. Pero social no es que estemos muchos de nosotros juntos y que no podamos ni hablar ni movernos, como en el colegio o los lugares de trabajo. No se nos ocurriría meter veinte lobos o caballos en un recinto cerrado a seguir órdenes sin descanso ni relación libre con los otros. Entendemos que esos animales necesitan moverse libremente para gastar energía y comunicarse con los demás cuando lo necesiten.
Pues yo no entiendo por qué es tan difícil llevarlo a nuestro terreno y al de nuestras crías. A mi parecer, los niños no necesitan encadenar una extraescolar detrás de otra ni necesitan espacios preparados y dirigidos. Lo que ellos necesitan es algo mucho más sencillo y natural: espacios abiertos y seguros con libertad de movimiento y exploración y otros humanos de diferentes edades, sexos, caracteres, gustos, costumbres, oficios y aficiones diferentes para que puedan ir conociendo la diversidad para poder elegir. Necesitan moverse, tocar, hablar, cantar, pintar, contar, saltar, correr, descansar… y, todo ello, cuando tienen la necesidad.
Y, parece que nadie se extrañaría si no saco a pasear una hora diaria a mi pastor alemán y me muerde los sofás, pero pienso que mi hijo tiene un problema cuando se mueve más de lo que yo he previsto o muestra comportamientos que no puedo/sé gestionar.
Me gustaría dejar de escuchar la frasecita de «Es que se tiene que acostumbrar…» ¿Se tiene que acostumbrar? ¿A qué? ¿A que su vida vaya en contra de su naturaleza? Pues no, aunque a veces no pueda dar a mis hijos todo lo que necesitan, aunque muchas veces se frustren por ello, aunque incluso yo misma les haya dado alguna vez esa frase por respuesta, me niego a trasmitirles que esa es su única opción y que se tienen que adaptar a algo que no les hace felices y les aleja de su verdadera esencia, porque eso es alejarlos de su fuerza y de su poder, como cuando le acercaban la criptonita a Superman. Ellos no hacen más que intentar adaptarse lo mejor que pueden a aquello que les pedimos y nosotros no nos damos cuenta porque estamos pensando en «Modo Adulto» sobre cómo deben ser las cosas, lo que hay o no hay que hacer… parece que hay muy pocas veces en las que nos sintamos felices de estar compartiendo nuestra vida con ellos y que adaptarnos a los demás es más importante para nosotros, siendo que ni siquiera vivimos a gusto según esas normas.
Por suerte (o por naturaleza), mis hijos son guerreros y, cuando tengo uno de esos días en que no puedo más porque no he podido satisfacer necesidades durante un tiempo y ya se nos acumulan, pero no encuentro la forma de resolverlo, les digo: «Tienes toda la razón y el derecho del mundo y es maravilloso que luches por aquello que sientes, pero, por favor, lucha un poquito para otro lado, que yo me pueda relajar…»
Así que os invito a no quejarnos tanto de los niños y a pararnos a cuestionarnos qué es lo que están haciendo, qué nos está sucediendo a nosotras y porqué.
¿Y tú? También piensas que se tienen que acostumbrar?