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Por muy controvertido que suene, así es: los niños siempre tienen razón, siempre tienen la razón, siempre tienen su razón. Y ahora es posible que pienses: «Ah, claro! Su razón sí, por supuesto… siempre van a tenerla… pero es que su razón……» ¿Entones? ¿Qué pasa? ¿Por qué no lo nombramos y reconocemos desde el principio? ¿Es que acaso su razón no es válida? ¿Es que no es igual de válida que la de cualquier adulto? ¿No es igual de válida que la de cualquier persona? ¿Es que priman las razones adultas sobre las infantiles?

 

Si es así, eso se llama abuso de poder y asienta los patrones para el acoso o bullying que tanto y tan rápidamente se extiende asustándonos y preguntándonos qué es lo que está ocurriendo y porqué. 

 

He aquí una de las razones fundamentales: la falta de respeto y el abuso de poder al que están acostumbrados desde el principio. 

 

Es posible que mis palabras te resulten escandalosas, puede que exageradas, pero si el modelo de relación social que establecemos es de adulto que impone razón (energía más fuerte y con más experiencia) frente a niño que obedece (energía menos fuerte) se establecen perfectamente los roles de abusador y abusado y lo aceptarán y naturalizarán en sus vidas.  El niño se situará en un rol o en otro en función de su carácter o necesidad a cubrir (necesidad de ser reconocido y valorado vs. necesidad de evitar los problemas mediante la sumisión). 

 

 Comprendo que son muchas las ocasiones en que hemos convivido con esta creencia de una manera o de otra y puede haber mucha resistencia a la hora de cambiarla, incluso a la hora de escucharla. Sin embargo, te invito a que te permitas ir dándole vueltas tal y como fui haciendo yo. También es posible que resuenes con parte de esta idea, aunque aún encuentres algunos peros o no cuentes con las herramientas necesarias para gestionarlo de un modo diferente. No pasa nada, todo está bien, la crianza consciente es un largo camino que vamos recorriendo paso a paso. 

 

Si ya has leído hasta aquí, es que probablemente algo te esté llegando. Simplemente puedes comenzar tu siguiente paso agradeciendo que conectas con parte del mensaje, que estás totalmente de acuerdo aunque aún no puedes evitar imponer tu razón, que algunas veces ya eres capaz de tener en cuenta también sus razones o cualquier otro punto en que te encuentres.  

 

 

Podemos informarnos sobre cómo comunicarnos o cómo negociar con nuestros hijos, pero lo más importante es realizar la transformación en nuestro interior para poder conectar con su vivencia y poder sentirle. Si conseguimos estar conectados de corazón a corazón, las puertas se abrirán entre el niño y tú y podréis encontrar vuestra mejor manera de satisfacer  vuestras necesidades en cada momento. 

 

 

Si un niño se acostumbra a que su razón no es válida ni tiene importancia, aceptará este rol durante la adolescencia o la edad adulta  con sus amigos, parejas o jefes, o bien optará por extremo opuesto.

 

 

Si te parece un tema interesante, te invito a que vayas a la home de mi web para acceder al webinario «Niños Obedientes vs. adolescentes Empoderados»