google2fe1c6f792688070.html

Sí, eso vengo a contaros hoy, que los verdaderos Reyes Magos somos los padres, aunque aún no nos hemos dado cuenta.

Cuando tu hij@ nace, sólo ve un rey.
Cuando te mueves y pasas por delante de él, ve a un rey, un Rey Mago.
Cada vez que la puerta de casa se abre y entras tú del trabajo, se hace la magia.

Cuando nace tu hij@ no pide regalos, ni dinero, ni orden en casa, sólo pide que no te vayas, que le escuches, que juegues con él. No existe nada ni nadie en el mundo más importante para él que tú.

Aún no nos lo terminamos de creer, aún pensamos que necesita algo que no tiene, algo que está afuera y que has de esforzarte por conseguir, para darle lo mejor. Y lo mejor está ahí, a su lado, lo mejor eres tú, lo mejor es que pares, le mires y le preguntes si quiere ir a saltar en los charcos, a buscar piedras brillantes, a pintar hojas, a hacer sombras con las manos, a tumbaros juntos en el suelo y descubrir formas en las nubes, decirle que te encanta pasar tiempo con él y que es perfecto como es, que no hay otro igual…. todo eso es gratis…. y no cuesta ningún esfuerzo…. Al contrario, te llena de energía!!

Seguro que muchas veces te habrán dicho que cuando crecen ya no quieren saber nada de ti, que sólo les interesan las «pelas» e ir con los amigos, pero es que es el mensaje que nosotros les hemos enviado sin darnos cuenta. ¿Cuántas veces les hemos dejado para irnos a conseguir dinero? ¿Cuántas veces no les hemos escuchado o jugado con ellos porque estábamos ocupad@s limpiando la casa? ¿Cuántas veces nos hemos enfadado con ellos porque estaba todo desordenado o porque no se habían dado una ducha en unos días?? Todos estos momentos les hacen sentir que son un segundo plato para nosotr@s, que nuestra prioridad es el dinero, el orden, la limpieza, los resultados, los estudios….. Demasiadas veces han recibido el mensaje de que tenemos algo más importante que hacer que estar con ellos. Y eso duele, duele mucho. Así que llegan a pensar ellos también que lo importante es el dinero, lo material, el coche, la casa, la ropa,….. Pero recuerda que al principio, cuando nació, cuando era pequeño, él no era así….

Así que te invito a que te pares. Te pares y busques fotos de hace 6 meses, un año, año y medio….. ¿Sientes que ha pasado muy deprisa? ¿Te parece que ha cambiado y crecido mucho en poco tiempo?

¡¡No pierdas el tiempo!! ¡No lo desperdicies más! ¡Exprímelo, disfrútalo, saboréalo, ni un minuto va a volver!

Si te llama, acude

Si te muestra, observa

Si te explica, escúchale

Si te lanza la pelota, devuélvesela

Es el mayor regalo que puedes hacerle y a ti también.

Sembrar la semilla de vuestra relación es vital.