google2fe1c6f792688070.html

En estas fechas solemos volver a nuestro lugar de origen, juntarnos con familia o amigos y pasar más tiempo en reuniones sociales. Podemos estar cansados debido a los viajes, estresado por los preparativos. Surge la necesidad de ponernos de acuerdo para organizar fechas, encuentros, lugares, menú,…

Cada persona, cada familia, tiene sus costumbres. Hay a quien le gusta prepararse para estas fechas. Para unos lo importante es la ropa, la apariencia, para otros las recetas, otros necesitan esmerarse con la decoración del hogar y hay quien busca simplemente reunirse cada año.

Cuando finalmente nos encontramos, puede que cada uno de nosotros nos hayamos creado una expectativa sobre ese momento. Surgen comentarios a cerca de la comida, la salud, los hábitos, la familia, las amistades, el trabajo y la política. 

Cómo nosotros vivimos y gestionamos estas situaciones, es la oportunidad para ser un ejemplo para nuestros hijos y revisar desde qué lugar surge nuestra Crianza Respetuosa.

Son unas fechas en las que podemos encontrarnos con situacionese en las que las demás personas opinen (más de lo común) sobre la crianza que llevamos, la alimentación o sobre cualquier cosa en la que no estemos de acuerdo. Al juntarnos, estamos más expuestos a ello y se convierten en oportunidades de crecimiento personal. No podemos dar a nuestros hijos el mensaje de una crianza respetuosa  si no respetamos a los que tenemos a nuestro alrededor.

No significa que tengamos que aceptar todo lo que nos digan ni que tengamos que recibir en silencio los juicios y las críticas hacia nuestra persona ni la de nuestros hijos, sino que seamos capaces de vivir esos momentos con respeto por nosotros mismos, por las otras personas y por las diferentes formas de vida. Podemos posicionarnos sin pretender cambiar a la otra persona ni su forma de pensar. Podemos marcar nuestro límite de forma Respetuosa utilizando herramientas de la CNV (Comunicación no Violenta) o simplemente aceptando que estamos de acuerdo en que no estamos de acuerdo y enviando a nuestros hijos el mensaje de que la diferencia enriquece el mundo y de que si nosotros deseamos respeto para nuestra forma de vida, hemos de darlo también a los demás, sin necesidad de conflicto.

Observar cómo gestionamos los juicios, las críticas y las diferencias, les brindará herramientas para que ellos aprendan a hacerlo también. Una Crianza Respetuosa no tiene sentido si no implica un verdadero respeto al ser.