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En las semanas que llevamos de verano son ya muchas las veces que he oído decir que los niños están ya aburridos de vacaciones y que ya necesitan o están deseando volver al colegio. 

En lo de que los niños estén aburridos puedo estar de acuerdo, pero no puedo evitar resistirme a aceptar que estén necesitando o deseando ir a la escuela. Lo que a mí me parece es que falta conexión. Por lo general, estamos acostumbrados a hacernos cargo de nuestros hijos en un aspecto práctico y logístico, solemos tener unos horarios a los que nos adaptamos y nos movemos dentro de ellos vistiendo y desvistiendo a nuestros hijos para entrar y salir de la cama entre comidas, deberes y desplazamientos. Son pocas las veces de «tiempo muerto». 

En ocasiones, y sin necesidad de generalizar, ahora en verano, con todo el día por delante, nos falta entrenamiento para encargarnos de los niños. No estamos acostumbrados a sentarnos a su lado para «simplemente estar», observar pausadamente lo que hace o escuchar con atención sin juicio ni interrupción. Tenemos siempre activo el motorcito, aunque estemos en la tumbona, vamos en automático a toda velocidad.

Es cierto que, después de un tiempo, los niños se aburran, pero no creo que la solución sea el colegio. Solemos quejarnos de falta de tiempo, de que crecen demasiado deprisa…. Pues yo veo que el verano es la oportunidad perfecta para romper todos esos patrones y empezar a diseñar nuestros días tal y como soñamos.

 

Antes de subirme por las nubes de los sueños y el amor, que luego la gente desconecta del mensaje porque piensa que vivo en un mundo de fantasía, os invito a que nos encarguemos de ese aburrimiento de los niños y lo aprovechemos para ofrecer un abanico de caminos de motivación. Si vemos que se están peleando o que no conseguimos apartarlos de la tele o la consola, no quieren más que comprar y comprar o llenarse de helados, puede ser que nos estén pidiendo a gritos que les escuchemos, les ayudemos, les propongamos una acampada al aire libre o una acampada nocturna (aunque sea en el balcón de casa….!!!), que hagamos juntos un curso de buceo o de pintura, si no tenemos tiempo, podemos aprender juntos con tutoriales de youtube eso que tanto nos apetece, podemos preparar la comida favorita o hacer una tarde de repostería….. no sé qué es lo que le gustaría probar a tu hijo, pero sí sé que su aburrimiento es una oportunidad para sacar tu varita mágica, superar tus limitaciones, despertar la magia y mostrarle a tu hijo que existe, para que cuando sea adolescente o joven, nadie le diga lo contrario y pueda crear su propia magia. 

 

A nuestro alrededor existen infinidad de cosas interesantes, algunas gratuitas (si no puedes gastar), otras por internet (si no tienes tiempo o posibilidad de desplazarte), en esta era no falta oferta, lo que necesitamos es re-conectarnos, sentirnos.

 

Te invito a probar un truco de magia: Cuando pienses que un niño necesita empezar de nuevo el colegio (a pesar de que él/ella digan que no quieren ir) porque se pelea o se aburre, te invito a sentarte a su altura, mirarle a los ojos y preguntarle qué le apetece hacer o si puedes jugar con él/ella. Ya verás que la magia existe!!

 

Te deseo un mágico fin de semana!!